domingo, 13 de enero de 2013

Cuando el vencedor se pone el maillot y sube al podium, no lo hace el solo, lo hacen también todas las personas que hacen posible el ciclismo.


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Anoche en la presentación de la XXVII Volta a La Marina de ciclismo tuve la oportunidad de  valorar todavía más si cabe, la pasión y el amor por este deporte de todos los asistentes a este acto. Es de admirar la dedicación en cuerpo y alma de las personas que llevan muchos años trabajando para sacar adelante temporada tras temporada el deporte de la bicicleta, el esfuerzo que supone casi toda una vida tener que ir a la cabeza del pelotón tirando adelante para que no se pierda una prueba o un club.
Personas con muchas historias que contar, con infinidad de  anécdotas vividas, con decenas de heridas curadas, fracturas y golpes superados y pese a todo con la misma o más ilusión que el primer día que se subieron a una bicicleta.
Desgraciadamente muchos se quedaron en el camino pero la gran familia ciclista siempre tiene palabras de recuerdo para ellos y su memoria nunca se borrará mientras exista este deporte.
Una larga carrera deportiva con un perfil de muchos altibajos, de momentos con subidas rompepiernas muy duras y bajadas de mucha pendiente a tumba abierta  hacen que la meta cada vez esté más lejos, la pájara toma posesión de cuerpo y mente, el desfallecimiento parece inminente pero cuando están a punto de tomar la decisión de bajarse de la bicicleta para abandonar aparecen las palabras de aliento de compañeros que se suman al pelotón de los locos por las bicicletas, cambian de desarrollo y adaptándose al nuevo terreno  con su trabajo de gregarios  impagable en la sombra y el deporte toma un nuevo impulso con la llegada de los relevos.
Estoy cada vez  más convencido de que este deporte todavía nos tiene que dar muchas más alegrías en nuestra comarca, porque esa pasión de toda una vida por los pedales se está transmitiendo a los más  jóvenes que anoche recibieron sus trofeos con un brillo en sus ojos que les delata y los aplausos de los asistentes como homenaje. Y que se puede decir cuando pudieron fotografiarse y pedir autógrafos a los ciclistas profesionales  del equipo Euskaltel.
Un reconocimiento especial se merecen también los padres de estos jóvenes deportistas, son los grandes sacrificados de la ruta que hacen que la serpiente multicolor cada vez sea más grande y tenga un gran futuro.
Cuando el vencedor se pone el maillot y sube al podium, no lo hace el solo, lo hacen también todas las personas que hacen posible este deporte porque sin ellos ni el maillot ni el podium existirían.
¡¡¡ Enhorabuena a todos ¡!!
Fuente: elblogdeluisvillalba.wordpress.

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