lunes, 21 de enero de 2013

Hasta mañana l'Alfàs expone en la Fundación Frax el desarrollo de su primera línea de costa, con la que logró equilibrar interés residencial y turístico y convertir en parque-bulevar un gran humedal



Como en la mayoría de municipios de la provincia, la primera línea de la costa de l'Alfàs del Pi fue un lugar de segunda hasta que aparecieron los turistas. Pocas eran las familias que habitaban junto al mar en lo que hoy es el epicentro vacacional de miles de noruegos y demás visitantes extranjeros. Quienes elegían l'Albir para vivir se dedicaban a la agricultura y la estampa de la bahía era de casas de campo, cultivos de almendros, olivos y algarrobos y un gran humedal, l'Estany, situado en el Racó. Los vecinos bajaban del pueblo en Pascua y verano a comer arroz en la playa o en Sierra Helada y no fue, hasta los 50, cuando empezaron a verse los primeros visitantes tomando el sol. Entonces el interés por este territorio creció y obligó a ordenar casi medio millón de metros cuadrados de bancales y humedal en un plan parcial, el del 86. Un proyecto desarrollado en los últimos 25 años cuya historia rescata, hasta mañana, una exposición de la Fundación Frax, que recopila fotografías, testimonios, maquetas y documentos claves.

La muestra, realizada por el Ayuntamiento alfasino gracias a la documentación del departamento de Arqueología de Carolina Frías, echa la mirada atrás no solo con un fin nostálgico, sino participativo. El municipio trabaja ahora en seguir ordenando su territorio para los próximos años y quiere que los vecinos opinen y sepan qué se ha hecho hasta ahora. En este aspecto, el urbanismo ejecutado en l'Albir se descuelga de lo habitual en la costa, con un distrito a pie de playa que además de hoteles tiene, para sus residentes, colegio, centros culturales, parques e instalaciones deportivas públicas.

En la muestra pueden verse imágenes de l'Albir sin edificios, o solo con uno de varias alturas (la desaparecida residencia del BBVA); se ve al farero y a los vecinos en su huerta; y a los ingenieros de Benidorm artífices del plan: Francisco de santiago y José Ramón García Antón. También se relata cómo fueron varios los proyectos presentados para esta zona desde los 60, pasando sin pena ni gloria hasta que el ejecutado vio la luz, solventando con él los usos del suelo y su necesario drenaje. El plan, además, logró otro reto: Poner en común los intereses de 160 propietarios, Ayuntamiento, Confederación Hidrográfica, comunidades de regantes, empresarios y arqueólogos (a final de los 70 se destaparon los yacimientos tardorromanos de l'Albir).

Como elementos destacados del plan tienen su protagonismo en la muestra el Paseo de las Estrellas y el bulevar des Musics. El primero, redactado en el 92 por los mismos ingenieros del plan parcial, iba a llamarse Paseo del Mare Nostrum, pero cambió a su nombre actual cuando se apostó por colocar en su pavimento, a modo de paseo de la Fama de Hollywood, los galardonados en el Festival de Cine de l'Alfàs para promocionarlo. Entre sus elementos singulares está también la baliza que lo ilumina, diseñada por el arquitecto de Benidorm José Luis Camarasa (con Francisco de Santiago Andrés).

En cuanto al bulevar dels Músics, avenida principal de l'Albir, nace para canalizar el agua de la rambla donde desaguaban los barrancos Hondo y Soler, que desembocaba a su vez en el humedal l'Estany. La rambla se canalizó por el nuevo bulevar, configurado casi como un parque que drena el agua hacia el mar.

Fuente: Diario información

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