Indignación en Benidorm en el entorno del edil David Devesa después de la decisión de Génova de suspender sin fecha la asamblea para elegir nueva dirección local

El devesismo explotó ayer. Es comprensible. El miércoles, y sólo 24 horas después de que la corriente del concejal crítico del PP David Devesa exigiera a la dirección provincial la "convocatoria inmediata" de una asamblea para que los populares de Benidorm puedan elegir a sus dirigentes locales, la cúpula del partido tanto en Alicante como en Génova decidió la suspensión sin fecha de ese proceso asambleario. Esa decisión deja a los devesistas en una posición muy compleja: sin ninguna vía orgánica para intentarle disputar al sector oficialista del portavoz municipal de Benidorm, Antonio Pérez, la hegemonía de la agrupación local. 
Y por eso fue que el devesismo explotó ayer. Sus peores temores se confirmaron. "El PP no quiere la democracia interna en Benidorm" dice esta corriente. Y, en consecuencia, el centro-derecha de la ciudad turística se enfrenta a su enésima ruptura. Porque atención. Devesa dijo que "como yo sí que creo en la democracia real, voy a consultar con las personas que han colaborado en mi candidatura sobre mi futuro". O sea, que consultará dos cosas: si el sector que le apoya rompe con el PP y busca una aventura política distinta; y si el propio Devesa, cuya situación en el grupo municipal que controla el propio Antonio Pérez es muy comprometida, se convierte en edil no adscrito. "Sí, todo es posible", agregó Devesa, que de cualquier modo se tomará su tiempo antes de asumir una decisión.
Es la primera vez que el concejal no niega ambas posibilidades. Una amplia mayoría de su entorno está por la ruptura. Bien es verdad que otros integrantes de su candidatura prefieren resistir en el PP porque al fin y al cabo, la cúpula del partido no ha anulado la asamblea de forma definitiva. Pero es posible que finalmente lo haga. Y que deje las cosas tal como están -con una dirección provisional dirigida por el exedil Sebastián Fernández-o imponga una gestora, solución por la que suele optar el partido cuando faltan dos años para nuevas contiendas electorales, como ya casi es el caso. Los populares de Benidorm llevan siete años -desde 2006- sin poder acudir a las urnas. La última votación, por cierto, la ganó Gema Amor, hoy líder del CDL y aliada de los socialistas en el poder.

El antecedente
Aunque todo se mueve en el terreno de la hipótesis, Devesa podría convertirse en el segundo edil no adscrito en el Ayuntamiento de Benidorm en lo que va de legislatura. Porque ese paso ya lo dio antes el edil exsocialista Juan Ángel Ferrer. Una buena prueba de la crisis que azota a los dos grandes partidos del municipio en un momento en el que la ciudadanía ve en todas partes a la clase política con desconfianza.
Consciente de que su gente -los devesistas- había recibido ayer con profunda indignación las noticias de Génova -o sea, de que habían explotado-, Devesa abandonó la tradicional prudencia de la que había hecho gala desde que en diciembre el aparato provincial de José Císcar decidió suspender la asamblea convocada para el pasado 8 de diciembre. Y decidió tirar con bala: acusó a Génova de "tratar como delincuentes" a los 600 militantes que se han dado de alta en los últimos tiempos en el partido "al dar por sentado que se han producido irregularidades en la confección del censo". También mostró su "rotunda perplejidad" por el hecho de que "se hayan filtrado a los medios de comunicación tanto la posibilidad de una doble contabilidad en el partido, lo que pondría en cuestión a la propia dirección local, como la suspensión de la asamblea sin que a nosotros nadie nos haya dicho nada, lo que denota una clara falta de transparencia". 
Para Devesa, la postura de Génova "es una forma de desviar la atención sobre el verdadero problema y confirma la voluntad de querer imponer desde el principio un candidato preestablecido saltándose a la torera la voluntad de los militantes".

Fuente: DiarioInformación