sábado, 30 de marzo de 2013

Las cosas se complican para Agustín Navarro y los suyos, que tendrán que dar explicaciones ante la Justicia por diferentes motivos.


Con un Gobierno en Benidorm que se ha quedado sin credibilidad en la calle y a las puertas de la campaña estival más afectada por la crisis de los últimos años, lo que le faltaba a la ciudad era unos representantes políticos más pendientes de su situación judicial que de gestionar lo más adecuadamente posible los intereses de los ciudadanos.

Las cosas se complican para Agustín Navarro y los suyos, que tendrán que dar explicaciones ante la Justicia por diferentes motivos.

Además de lo publicado en portada hoy en MB Noticias y las presuntas irregularidades llevadas a cabo por varios ediles con respecto a la contrata de FCC y que afectaría a dos concejales socialistas, hay que recordar que en la actualidad el Alcalde está imputado por un presunto “delito continuado de prevaricación” en relación con la decisión del Gobierno local de resolver el contrato con la concesionaria de la zona azul y la grúa, ParkControl. Imputación que afecta también a José Bañuls, responsable de la famosa moción de censura, personal de confianza del Consistorio y cabeza pensante de las decisiones de la concejala María del Carmen Martínez (su antigua secretaria).

No sólo Navarro está pendiente de los juzgados. El edil Juan Ramón Martínez, como ya contó MB Noticias; se enfrentará a un presunto delito de prevaricación administrativa por lo que la jueza responsable del caso ha procedido a su admisión a trámite y ha dado parte al Fiscal.

Tampoco se respiran aires precisamente tranquilos en otros puestos del Gobierno. Gema Amor está pendiente de lo que la Justicia avance en el caso de las facturas falsas de Terra Mítica, así como de la gestión que se llevó a cabo en la Sociedad Proyectos Temáticos de la Generalitat Valenciana cuando ella era la máxima responsable, un caso que se archivó en su día y que después se abrió de nuevo ante las informaciones que afectaban a los dirigentes de entonces.

Con este panorama, la imagen que proyecta Benidorm no es la más aconsejable y mucho menos después de que la policía judicial entrará en dependencias municipales para requisar información y buscar documentación en diferentes ordenadores.

Con todo lo contado, lo más sorprendente es que nadie ha tenido la decencia de presentar su dimisión. Nadie considera que su acción ha dañado la imagen de Benidorm aunque los hechos sean más que tozudos. El sillón algo debe tener, porque una vez lo prueban los políticos de esta ciudad nunca se quieren marchar….

Fuente: MBNoticias

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