miércoles, 3 de abril de 2013

En el último pleno de Benidorm, PSOE y CDL utilizaron su mayoría para negarse a debatir tres asuntos.



¿MIEDO a debatir? ¿Ahora? ¿A estas alturas de la historia en que nos conocemos todos, en que ya sabemos de dónde venimos, en que podemos recitar de memoria qué hace cada uno y qué promete pero no hace? Pues sí. Sorprendentemente, sí. En el último pleno de Benidorm, PSOE y CDL utilizaron su mayoría para negarse a debatir tres asuntos de tanto fondo como las causas del incendio en la Huerta de febrero, las presuntas irregularidades de la contrata de la basura, FCC, y la protección definitiva de Sierra Helada. Así, en esta legislatura bronca, árida y cada vez más vana, la corporación de la ciudad turística dio un paso másÉ hacia atrás. Porque antes, por lo menos, se hablaba; aquí, en los últimos meses, se ha hablado de las cosas más inverosímiles, desde colocar publicidad en las hamacas de las playas hasta remodelar cuando nadie tiene ni un céntimo las avenidas Mediterráneo o Europa. Eran quimeras al sol, claro, bla, bla, bla, y punto, pero al menos, en el órgano supremo de soberanía de la ciudad que es el pleno, cada uno de los 25 concejales de la corporación se retrataba y sus votantes, sus sufridos votantes, sabían qué se opinaba sobre el futuro de la ciudad. Y menos daba una piedra. Porque por lo menos se aparentaba democracia.
No convenceréis. Ahora ya, ni eso. Ahora, o sea en el último pleno, pleno de Jueves Santo, resultó casi enternecedor observar cómo el portavoz del PSOE, Conrado Hernández, se calaba las gafas, revisaba sus notas y con la lección muy bien aprendida rechazaba de la misma forma cada propuesta de la oposición para intentar inaugurar un debate: "debo decirles, señores del PP o señor concejal no adscrito, que la moción que ustedes presentan para que el Ayuntamiento se persone como denunciante en la investigación del incendio o se audite la gestión de la concesionaria de la basura, se ha presentado según la ley "tal y tal" diez días fuera de plazo y que deben ustedes presentarla por el procedimiento ordinario "tal y tal" para que algún día cuando se celebre el pleno "tal y tal" podamos debatirla porque ahora no nos parecen cuestiones urgentes y "tal y tal" ". Y punto. Y demasiados "tal y tal". Demasiada burocracia para evadir cuestiones que inquietan y mucho al pueblo de Benidorm. Haciendo suyos los argumentos de Hernández, PSOE y CDL vencieron en el pleno pero, como diría Miguel de Unamuno, no convencieron. Es imposible convencer cuando no hay diálogo. Ni explicaciones. La mayoría absoluta es buena si emana de la voluntad de un electorado, pero no cuando se utiliza -ay, cuántos antecedentes- como rodillo. Y eso fue lo que sucedió.
Al enemigo, ni la palabra. Recitó Blas de Otero "dadme al menos la palabra". Socialistas y centristas, con la única excusa de vencer al enemigo, no le quisieron dar ni eso al portavoz popular Antonio Pérez en el caso del incendio, o al edil no adscrito Juan Ángel Ferrer en el de la basura. Ahora bien, más allá de que fueran Pérez o Ferrer los que presentaron esas propuestas, al ciudadano lo que le interesa es conocer las razones por las que durante la madrugada de un 7 de febrero la noche se teñía de rojo fuego en un lugar sospechosamente próximo al vertedero municipal y ante la virulencia de las llamas los vecinos tenían que abandonar deprisa y corriendo, el alma en vilo, sus casas de la Huerta; y quiere saber si es cierto que a lo largo de los últimos veinte años ha estado pagando de su bolsillo más dinero del que tocaba a la empresa concesionaria que debería tener limpias sus calles. Lo que el ciudadano quiere saber es la verdad, más allá de ocurrentes estrategias de fontanería política.
¿Y el CDL?. Además del incendio y la basura, el gobierno del socialista Agustín Navarro también se negó a aclarar el futuro urbanístico de Sierra Helada. Es ésta una cuestión más enrevesada, pero capital: porque en marzo de 2012 la Generalitat decidió proteger ese paraje y ahora falta saber si el Ayuntamiento está obligado -o no- a indemnizar a los propietarios de esos terrenos preservados. En este sentido, tan enternecedoras como las palabras de Conrado Hernández fue el silencio del concejal de Urbanismo, el centrista Vicente Juan Ivorra, que hasta en cuatro ocasiones -cuatro-eludió a preguntas de la oposición aclarar qué pasará en la montaña de Benidorm. Cómo ha cambiado el CDL: cuando se hallaba en la oposición, forzó que se redactara un nuevo PGOU y ahora en el poder ni siquiera aclara cómo cerrará el viejo, propósito para el que es fundamental que diga de una vez qué hará con Sierra Helada.
¿Y la ciudadanía?. Durante cada pleno, son muchos los concejales, desde el propio Navarro hasta la líder del CDL, Gema Amor, que muestran su inquietud porque los temas que debate la corporación no interesan a los ciudadanos. Pero son esas estratagemas para no hablar de lo que de verdad preocupa las que distancian a los vecinos de sus representantes electos. En la penúltima sesión plenaria, la edil de Hacienda, la socialista Natalia Guijarro, una de las regidoras que más prestigio social conserva en el Ayuntamiento, pasó a la historia cuando dijo aquello de que "cada vez me siento más cerca de los ciudadanos y más lejos de este salón". El problema, ay, es que el Jueves Santo Guijarro también levantó el brazo cada vez que Hernández ordenaba no hablar de un determinado asunto. Más allá de tanta trifulca y tanta disciplina a unas siglas, ¿habrá tiempo para que alguien reflexione de verdad sobre lo que está ocurriendo?.
Fuente: DiarioInformación

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