domingo, 13 de noviembre de 2011

Benidorm rescata a su Patrona


Un grupo de hombres y mujeres del pueblo hacen sus labores en la arena de la playa mientras los niños corren y juegan. Los pescadores tejen sus redes y dejan secar al sol la pesca del día. A lo lejos una barca aparece en el horizonte arrastrando una embarcación.
No es una escena típica que se repita todos los días en Benidorm. Se trata de los primeros momentos de la represenación del Hallazgo de la Virgen, uno de los actos más emotivos y con más historia del municipio y que forma parte de las Fiestas Patronales que se celebran estos días en honor a la Patrona, la Virgen del Sufragio.
Miles de personas se congregaron ayer en la playa de Poniente para no perder detalle de una escena que narra los hechos sucedidos el 16 de marzo de 1740. Aquel día Antonio Bayona, Vicente Llorca y Miguel Llorca, tres marineros de la ciudad, encuentran una barca a la deriva cerca de la Isla que remolcan hasta la playa con cierta dificultad por el tamaño de la embarcación.
En ese momento no saben qué ha ocurrido con los tripulantes de la embarcación, si eran piratas o simplemente el mal tiempo había desatado el 'llondro' de un puerto y había quedado a la deriva.
Cuando se disponen, junto al resto del pueblo y el juez de Marina, a comprobar qué se oculta en su interior, descubren una imagen de la Virgen con el niño en la popa del barco.
La llegada de la Caballería les trae otras noticias. La barca está infectada con la peste y hay que destruirla. Tras un conflicto entre el capitán y el juez de Marina, que quiere salvar la nave, se ordena que quemen la embarcación para evitar un contagio en el pueblo.
Nadie quiere ser quien encienda la mecha, lo que provoca el enfado del militar. Finalmente la embarcación arde a pesar de los intentos de las mujeres benidormenses de salvar la imagen de la Virgen.
Una vez la madera de la embarcación se ha convertido en cenizas, los niños del pueblo son autorizados a que busquen clavos y hierros entre los restos. En su afán por conseguir estas piezas, uno de ellos localiza la figura con el Niño Jesús en brazos intacta y resplandeciente a pesar de las llamas, lo que provoca la sorpresa de los presentes.
Desde ese momento, la imagen se convierte en la Patrona de Benidorm y esa misma es la que acompaña a los festeros en los diferentes actos de las Fiestas Patronales.
Este año el mar dio una tregua. La calma de las olas permitió que la embarcación llegara a la arena sin problemas y sin volcar como otros años. Además el fuego fue rápida: las llamas no se hicieron de rogar y la falta de viento ayudó a que el 'llondro' ardiera sin problemas.
La representación corre a cargo de la Asociación Cultural Recreativa la Barqueda, entidad que se creó con el fin de asegurar que este acto se conserve cada año. A ella pertenecen los que participan en la recreación, más de 50 personas entre las que se encuentran 20 niños, aunque este año se ha añadido alguno más con apenas unos meses de vida.
El texto está basado en el original escrito por Pere María Orts. Los asistentes pueden seguir la historia a través de los altavoces situados en la playa desde donde se oye la voz de los personajes.
En 2009, el Hallazgo fue declarado de Interés Turístico Provincial, aunque la asociación ha solicitado que esa mención vaya un paso más allá y sea autonómico.
A la representación acudieron el alcalde de Benidorm, Agustín Navarro, junto a la Concejala de Fiestas, Cristina Escoda, así como el presidente de la Comisión de Fiestas, Miguel Riquelme, además de varios miembros de la Corporación municipal y las reinas de las Fiestas Patronales.
Nada más finalizar el acto, una traca da el pistoletazo de salida a la Ofrenda de Flores desde el Parque de Elche hasta la Iglesia de San Jaime.
El recorrido lo realizan los Mayorales así como representantes de las más de 150 peñas que existen en Benidorm. Cada una de ellas llevan una cesta de flores así como un ramo por persona a la Virgen. Pero este año además se ha solicitado a los 'peñistas' que entreguen comida para atender a las familias necesitadas por la crisis. Al cierre de esta edición la Ofrenda transcurría sin incidentes.

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